Una avispa de medio metro me persigue, es del color de las luciérnagas, su sonido agudo y vibrante es aterrador, amenazante, en ese sueño mi velocidad es ficticia, me desplazo como una ráfaga dejando un alo de luz por dónde paso, julio viene a mi rescate y atrapa al enorme bicho en un tarro de cristal, luego la observamos y en el sueño me digo a mi misma que es la avispa que una vez encerré cuando era chica en el jardín de mi casa a la que observé durante días hasta que se desintegró. (Esto último es real).
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